Reseña Exaltación Navidad 2019

El pasado 20 de diciembre de 2019, y por parte de N.H.D. Ernesto Martín Fernández, actual Delegado de Hermandades Sacramentales del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, se celebró la XXII Exaltación de la Navidad de nuestra hermandad. Este año fue novedoso por lo que respecta a la ubicación y horario, ya que el mismo aconteció en nuestra Capilla sita en nuestro Templo Parroquial, frente a nuestros Sagrados Titulares, tras la Misa de hermandad de todos los viernes. Presidido el acto por nuestro Hermano Mayor y ante una considerable asistencia, entre la que se encontraban los miembros de nuestra Junta de Gobierno, así como el Tesorero del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Don Alejandro Marchena Blanco, el exaltador fue magistralmente presentado por N.H.D. Benito Mateos, que fue el encargado de glosar la Navidad en la anterior edición. El acto contó igualmente con el magnífico acompañamiento musical del Coro de Campanilleros de la Parroquia de San Isidro Labrador. La exaltación en sí, en la que la prosa tuvo un claro protagonismo sobre las partes en verso, no obstante tener un claro sentido catequético, incluyó también sentidos pasajes en los que se recordaron a históricos feligreses y hermanos de nuestra corporación, enmarcados en un idealizado portal de Belén, sito en la antigua Plaza de Argüelles, actual del Cristo de Burgos. Para la redacción del mismo, tal y como se afirmó por el exaltador, se tomo como fuente sendos escritos de SS.SS. Francisco y Benedicto XVI, concretamente la Carta Apostólica “El hermoso signo del pesebre” y el libro “La vida de Jesús”. Inició N.H. su exaltación, reivindicando el papel de un personaje considerado injustamente por muchos como secundario, el Patriarca San José, verdadero custodio de N.S e inmejorable modelo para todos los padres. Posteriormente en el momento de los saludos recordó el especial y triste momento en el que se le hizo el encargo, transformándolo en un verdadero signo sobrenatural, agradeciendo por ello sinceramente a la Junta su nombramiento. Como hilo conductor, continuó glosando los distintos elementos de un pesebre, comenzando por su origen y entorno histórico, afirmando que el Nacimiento de Dios hecho hombre, verdadero y único acontecimiento que celebramos esos días, debería causar a todo el género humano siempre asombro y admiración, y que su representación debería equivaler a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. Hiló en clave de humildad tanto el nacimiento del Hijo de Dios como su crucifixión, ambas acontecidas fuera de las puertas de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, la Eucaristía tuvo un papel relevante, y ello en la medida en que se desarrolló la idea de que Aquel que se ofreció en un pesebre, constituye nuestro alimento intemporal en el marco del tesoro del Sagrario. En un tono más jocoso y relacionado con lo anterior, recordó la querida y antigua tradición de la Misa del Gallo, así como la comparación de las vivencias navideñas de antaño y de ahora, concluyendo este apartado con el desarrollo de la imagen del viejo Barrio de San Pedro como un gran portal, agradeciendo de este modo la labor de nuestros antepasados, verdaderos cimentadores de nuestra hermandad tal y como la conocemos hoy. La conclusión de este apartado fue una apuesta al futuro, representado por los más jóvenes, segura generación más solidaria y más amable con el prójimo y con nuestro entorno. Prosiguió la Exaltación con el desglose de signos y figuras del nacimiento, dándole un sentido actualizado a nuestros días. Habló de del cielo estrellado en la oscuridad y el silencio de la noche, y de cómo esta, en forma de pesimismo, envuelve nuestra vida en la que nunca Dios nos abandona; de las ruinas de casas y palacios antiguos, como signo visible de la humanidad caída, que Jesús ha venido a sanar y reconstruir, a devolverle a nuestra vida y al mundo su esplendor original; de las montañas, los riachuelos, las ovejas y los pastores, con la que recordamos que toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías; de los ángeles y la estrella, como las señales de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor; de los pastores como personajes plenos de humildad, de ilusión y de prisa por encontrarse con el Niños Dios y el verdadero signo de su pobreza; de los mendigos y de gente que no conocen otra abundancia que la del corazón, y representan a los pobres de Israel, a los pobres en general: los predilectos del amor de Dios; de otras figuras al belén que parecen no tener relación alguna con los relatos evangélicos, que pretenden expresar que en este nuevo mundo inaugurado por Jesús hay espacio para todo lo que es

humano y para toda criatura, y representan la santidad cotidiana, la alegría de hacer de manera extraordinaria las cosas de todos los días, cuando Jesús comparte con nosotros su vida divina. Como colofón, se glosó la figura de María, maestra de la Esperanza, testimonio del abandono en la fe a la voluntad de Dios. No obstante, la Esperanza no se entiende sin Jesús, pues es a Él a quien María espera…María está expectante pues pronto dará a luz a la Esperanza del mundo, al Cristo de Burgos. La defensa de la vida del no nacido también tuvo su hueco al recordar que el primero en reconocer a Jesús, el Mesías, fue un no nacido, su primo Juan. Por último toco el turno a las figuras de los Reyes Magos, personajes que ante la adversidad no dudan y perseveran y a los que el exaltador les dedicó como final un verso en forma de diez deseos. Al finalizar el acto, por parte del Hermano Mayor, se hizo entrega al exaltador de un recuerdo conmemorativo y hubo posteriormente una agradable convivencia en la Casa de Hermandad.

2020-04-13T18:57:32+00:00

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