Capilla Casa Hermandad2019-12-27T08:35:06+00:00

Capilla Casa Hermandad

El antiguo templo de los Trinitarios Descalzos fue realizado por Juan Sierra en el año 1625, siendo dedicado el mismo por dicha orden a Nuestra Señora de Gracia. Había bellas pinturas de Murillo en su interior, que desaparecieron con la invasión francesa. El templo tiene en su interior unas espléndidas bóvedas con cartones recortados en “ces”.
Posee el edificio una torre que es emblemática de su barrio, con remates que la adornan, obras que recuerdan los pináculos de las antiguas puertas de Sevilla. Aquel lego ruso que levantó este alminar en el siglo XVIII, hizo coronar la bóveda en forma de bulbo, recordando los templos de su lejana patria. Sólo una condición para la obra puso el prior, que ha pasado como leyenda a la Crónica de su Orden: el jeroglífico de las cuatro letras M. J. C. y T., que deberían ser puestas en azulejos en las cuatro caras del campanario.y su antigua portada frontón se reproduce en el plano de Pablo de Olavide de 1771. En 1836, después de la exclaustración, parte del cenobio se convirtió en casa de pisos y fue derribada su vieja fachada.

Muchos estudiosos no supieron interpretarla y pensaron que señalaría las capitulares de un salmo o de un texto evangélico. Las cuatro letras corresponden a las iniciales de las cuatro puertas fundamentales para entrar y salir de la ciudad: Macarena, Jerez, Carmona y Triana.
A finales del siglo XVII, en el primitivo templo del Convento se veneraba una imagen de un Cautivo, actualmente en San Ildefonso, puesto que la orden fue fundada por la Redención de Cautivos. Se piensa que la imagen debió permanecer en el templo hasta la disolución de la orden en España, en 1835, a consecuencia de la desamortización ordenada por Mendizábal.
Los frailes marcharon y el convento fue convertido en casa de vecindad. La iglesia se mantuvo hasta la Revolución de 1868, en la que fue solicitada por el Ayuntamiento para ser ocupada por el Club popular del “Café de Emperadores”, siendo el templo desmantelado.
Su altar mayor pasó a la parroquia de Ntra. Sra. de Gracia en Camas, el altar del Santísimo Cristo de la Redención a la parroquia de Ntra. Sra. de la Oliva, en Salteras y la imagen de la Virgen de Gracia a San Ildefonso. Un cancel pasó a la iglesia del Arahal, el facistol a los claveros de la parroquia del Salvador y las pilas de agua bendita a la parroquia de Ntra. Sra. de las Nieves de La Rinconada. Otros objetos de culto fueron entregados a la parroquia onubense de Cartaya.
Durante muchos años el edificio fue utilizado como almacén de droguería y sufrió, una vez abandonado, varios percances e incendios.
Finalmente el edificio actual fue adquirido por la Hermandad del Santísimo Cristo de Burgos el 2 de Noviembre de 1979, para futura Capilla y actualmente como casa-hermandad. Tras la Función Principal de Instituto, celebrada el 3 de febrero de 1980, se celebra el acto simbólico de iniciación de obras de restauración, a cargo del arquitecto José Manuel Martínez Escribano. Esta primera intervención tuvo diversos contratiempos, las obras quedaron paralizadas en varias ocasiones y en este intervalo de tiempo se produjo un incendio que destruyó parte del coro, lo cual motivó que se detuvieran las obras definitivamente.
Posteriormente, en los años 90, se encarga el estudio del proyecto a los arquitectos Hermanos Arrieta, los cuales elaboran un proyecto diferente. En octubre de 1999 se inaugura la primera fase de la restauración de la Capilla y casa-hermandad, previamente por parte del Ayuntamiento de Sevilla se restauró la torre y las cubiertas, para hacer habitable el edificio.
Todo esto fue posible gracias a la creación de un patronato que sufragó todos los gastos de la restauración, al margen de los presupuestos de la Hermandad. Posteriormente se abordó la segunda fase del proyecto de restauración, consistente en el afianzamiento de la estructura del coro, la creación de nuevas dependencias en el mismo, la apertura del balcón y una puerta a la calle Descalzos, la instalación de aire acondicionado, disposición de una nueva puerta de madera en la fachada principal y vitrinas expositivas en el interior del edificio.
La manzana que ocupaba el convento, estaba situada entre las actuales calles de Alhondiga, y otras dos en recuerdo a la Orden Trinitaria que lo habitó, Dormitorio al dar a esta calle los aposentos de los religiosos y Descalzos, en alusión a la orden.

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