Al término de la eucaristía por Juan Bautista Vázquez ‘El Viejo’ y la familia Castañeda, primer culto de la Misión Evangelizadora del 450 aniversario del Santísimo Cristo de Burgos, en la capilla – casa hermandad, Enrique Gutiérrez Carrasquilla ofreció en la noche del 15 de noviembre una conferencia sobre la intervención acometida durante el periodo estival a la imagen, dando paso a una convivencia organizada por la juventud de la hermandad, a la que agradecemos la labor que realiza en la corporación durante todo el año.
El restaurador, a través de la pantalla, explicó con todo detalle el trabajo realizado sobre la talla, uno de los proyectos más importantes patrimoniales efectuados por los cuatros siglos y medio de historia del Cristo
Restauración
La hermandad, a lo largo de estos meses, ha contado con el asesoramiento del profesor José Roda Peña, Doctor y Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.
Enrique Gutiérrez Carrasquilla finalizó la intervención del Cristo de Burgos el pasado 15 de septiembre, enmarcado dentro del programa de conservación preventiva del patrimonio escultórico de la hermandad.
Desde hacía 26 años, es decir, desde 1997, data su última restauración. El Cristo no ha tenido una labor importante de conservación hasta ahora, tan solo, como así comenta Enrique Gutiérrez Carrasquilla, «limpiezas superficiales de retirada de polvo, ocasionalmente y alguna que otra reintegración de pequeñas pérdidas de policromía».
La imagen venía sufriendo un pequeño oscurecimiento de la talla con el paso del tiempo. «En el informe correspondiente a la exploración realizada en marzo de 2022 ya se expuso el excesivo oscurecimiento de determinadas zonas, de suciedad y polvo acumulado en los últimos 25 años, agravado en los últimos meses por las consecuencias de las obras en el templo y que por el grado de humedad tienden a incrustarse de forma definitiva», apunta el restaurador. Asimismo, el informe indicaba la pérdida y desgaste de estratos de policromía, producidas por los traslados del Cristo y los besapiés.
La labor de la restauración consistió en «una limpieza generalizada de toda la superficie de la escultura, incidiendo en aquellas zonas de mas acumulación y la reintegración de las pérdidas y desgastes de la policromía».
El trabajo de Enrique Gutiérrez Carrasquilla, como así hace saber en el informe de la restauración de la imagen, «la limpieza total y reintegración de pérdidas de policromía, garantiza una mayor perdurabilidad en el tiempo pues al poder aplicar una capa de protección, una vez eliminada la capa de suciedad, aislaría la policromía de nuevos depósitos de suciedad que podrían eliminarse fácilmente, en lo sucesivo, en futuras revisiones anuales». Por último, en los talleres de los Hermanos Delgado, se ha procedido a la rectificación de los cajillos de las potencias.
El Cristo de Burgos, después de la restauración, «goza de un excelente estado de conservación tanto a nivel de soporte como de estratos de policromía, simplemente se han subsanado todas aquellas patologías ocasionadas por la función devocional de toda imagen sagrada destinada al culto», comenta Enrique Gutiérrez Carrasquilla.
Fotos: M. J. Rodríguez Rechi