El Evangelio de hoy 21/4/2022

En el Evangelio de hoy, 21 de abril, se nos cuenta cómo los dos discípulos de Emaús han regresado a la comunidad tras la experiencia vivida en el camino hacia aquella aldea. Vuelven transformados y contentos a contar a los demás lo que han experimentado y cómo descubrieron la presencia viva de Jesús en el gesto de partir el pan.

Lucas parece estar interesado en destacar cómo la nueva realidad de Jesús ha de ser entendida desde otra perspectiva, real pero diferente. Y eso es costoso. Lo percibimos en esta escena. Ante el saludo de paz de Jesús, ellos se sienten ”aterrados y llenos de miedo”; creen ver un fantasma. En ellos prevalece el impacto de su muerte y, por tanto, cuando Jesús se hace presente en el grupo, no reaccionan. De ahí la insistencia de Jesús en que despierten de su miedo, indicándoles que no es un fantasma; tiene un cuerpo y les pide que lo toquen para que se aseguren de su realidad.

Ante su resistencia Jesús les pide algo para comer. En esa petición tan sencilla, como es comer un poco de pescado, los discípulos descubrieron de nuevo al Maestro. Él les está mostrando, en forma concreta, que Él es el mismo Señor que ellos conocieron en días anteriores. Ellos le ofrecen un trozo de pescado y lo comió en su presencia. De nuevo, la comensalidad se convierte en momento de encuentro amistoso y de reconocimiento. En ese ambiente de amistad Jesús les recuerda, como en el camino de Emaús, lo que consta en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos acerca del Mesías. En ellos se dice que el Mesías tenía que padecer. Y ahí les abrió los ojos para que comprendieran las Escrituras.

2022-04-21T17:13:51+00:00

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