Santísimo Cristo de Burgos
El día 26 de Noviembre de 1809 se organiza en la Parroquia de San Pedro una procesión de rogativas por los sucesos de la Guerra con los Franceses, llevando a la Catedral la imagen del Santísimo Cristo de Burgos que mandara tallar Don Juan de Castañeda, de la collación de San Pedro, para su capilla en dicha Parroquia, al insigne escultor Juan Bautista Vázquez “El Viejo”, considerado hoy como uno de los padres de la escuela escultórica sevillana.
En documento fechado el 18 de Noviembre de 1573, el escultor se compromete a ejecutar una imagen de un Crucificado y una Dolorosa en los siguientes términos: “con una corona de espinas y sus cabellos largos y un paño en el cuerpo, según y en la forma que está y lo tiene el Santo Crucifijo de la Capilla de San Agustín de esta ciudad…”. El 22 de Noviembre de 1574 finaliza el encargo que tiene como destino presidir una de las paredes laterales de la capilla funeraria del Licenciado Castañeda en la Parroquia de San Pedro. Por el recibo de finiquito se conoce que el coste de la imagen ascendió a cincuenta ducados y que la policromia corrió por cuenta del suegro del escultor, el pintor Juan de Zamora. Las dimensiones de la imagen coinciden con las estipuladas en el encargo “ocho palmos y medio de vara, que tenga desde la cabeza fasta el pie inclusive”.
El Cristo de San Agustín” de Sevilla fue el primer protagonista de los Víacrucis, como el primitivo a la Cruz del Campo, precursor de las Procesiones de Semana Santa en Sevilla. Fue muy grande el fervor popular que despertó y son numerosísimas las salidas en procesión de este Crucifijo, procesiones de rogativas para que cesaran las sequías y lloviera, por las epidemias de peste, etc.
Corría el año 1830 cuando el matrimonio formado por Francisco Gil y Narcisa Arias, feligreses de la Parroquia de San Pedro, habilitan unos cuartos que existían debajo de la torre de dicha Iglesia y construyen una capilla para dar mejor culto a la citada Imagen.
A finales del siglo XIX Manuel Gutiérrez-Reyes Cano transforma la fisonomía de la Imagen del Crucificado hasta darle el aspecto actual. La reforma consistió en retirar la peluca natural, moldeando otra de estopa y pasta, al tiempo que sustituye el faldellín tubular de tela suelta por un sudario encolado. Posteriormente el escultor José Ordóñez Rodríguez, a principios del siglo XX, interviene sobre la Imagen, probablemente añadiéndole otra policromía.
El autor: Juan Bautista Vázquez El Viejo
Juan Bautista Vázquez el Viejo fue un escultor español nacido en Pelayos(Salamanca) en 1510 y fallecido en Llerena (Badajoz) el 12 de junio de 1588.
Con pocos años se trasladó junto a su familia a vivir a la plaza del Mercado Grande, de Ávila. Allí se forma con los discípulos de Vasco de la Zarza, posteriormente se cree que viajó a Italia, donde su estilo ganó en elegancia. A partir de 1554 se trasladó a Toledo donde ejecutó diversos trabajos para la catedral de esta ciudad, la iglesia de Almonacid de Zorita (Guadalajara) y la de Santa María la Blanca (Toledo) entre otras.
En 1558, Francisca Blázquez, viuda del escultor Isidro de Villoldo, le apodera en Ávila para que acabe la imaginería del retablo mayor de la Cartuja de Sevilla, que tras la muerte de Villodo había quedado inconclusa. En 1561 se traslada a Sevilla para terminar el retablo, Vázquez se desplaza desde Toledo donde trabajaba, con todo un conjunto de colaboradores que formaban su taller integrado entre otros por su cuñado y entallador Juan de Oviedo, el viejo, Miguel de Adán, Gaspar del Águila y Jerónimo Hernández.
Se afinca en la ciudad andaluza donde a través de su taller contribuye a la creación de la escuela sevillana de escultura y trabaja en la segunda fase del retablo mayor de la Catedral de Sevilla, en el de Santa María en Carmona (1563), en el de San Mateo en Lucena (1572), en el de Santa María en Medina Sidonia (1575) y también esculpe la imagen de la Virgen de las Fiebres para la Iglesia de Santa María Magdalena (Sevilla) y en 1573 la imagen del Cristo de Burgos. El día 18 de noviembre de 1573 el licenciado Juan de Castañeda encargaba a Juan Bautista Vázquez «el viejo» una imagen de un Cristo crucificado que tuviese la forma del Santo Cristo de San Agustín de Sevilla, existiendo también la carta de finiquito de este encargo con fecha 22 de noviembre de 1574 por lo que sabemos que se concertó al precio de cincuenta ducados y que la policromía corrió por cuenta del pintor Juan de Zamora, suegro del escultor.
Contrajo matrimonio en tres ocasiones, con Andrea Hernández, hermana de Juan de Oviedo el viejo, María de Bonilla, hija del pintor sevillano Juan de Zamora e Isabel de Valdés. Su labor fue continuada por su hijo Juan Bautista Vázquez el Mozo.